Es la imagen del infinito que utilicé en el primer desafío.
Cuando me notificaron que me habían aceptado para realizar el curso confieso que no me sentí demasiado entusiasmado. Pensé... debe ser un curso más sobre las XO dónde ni siquiera tienen las máquinas para prestarnos. De entrada me di cuenta que en eso me quivocaba. Lo primero que me llamó la atención era que no había sillas donde sentarse para escuchar a quién nos daría el curso. También en eso me quivoqué, no se trataba de un curso igual a los demás. Si bien estaba Diego, que de alguna manera manejaba las riendas del asunto así como también nuestros facilitadores, nosotros no eramos simplemente escuchas, jugamos un papel mucho más activo, un papel donde teníamos que hacer cosas. Por fin un curso donde podíamos hacer cosas nosotros con las máquinas, y no tener que observar en un grupo de ocho que uno lo hiciera.
De esta manera fue como comenzó a sorprenderme y a llamarme la atención esta propuesta de ArTic, algunos sentados en los banquitos, otros en el piso haciendo cosas, compartiendo con los demás, preguntando cuando no se entendía o no se sabía el camino, en un ambiente colaorativo muy bueno. Lo que vino a continuación fue mucho más interesante aún. Teníamos que continuar haciendo cosas, completando diferentes desafíos que, personalmente en algunas ocasiones creí no poder cumplir, pero que de alguna manera me las arreglaba para llevarlo lo más al día posible.
Considero que el curso fue por demás interesante, con propuestas y desafíos muy claros que te hacían pensar, reflexionar y por sobre todas cosas las plantearte estrategias para poder ir cumpliendo con las propuestas del curso.
Conforme iban pasando los desafíos fui descubriendo herramientas que hasta el momento, si bien sabía que existían, por diferentes razones no las había experimentado.
Recuerdo que cuando se comenzó a implementar el plan ceibal en los liceos, entre dudas y temores que surgieron, también surgió la idea de tener que hacer algo con las nuevas herramientas, no sabía bien qué, pero estaba seguro que algo había que hacer. Lo primero que se me ocurrió fue crear un blog para trabajar con los alumnos, dado que el conocimiento que yo poseía del funcionamiento de las "ceibalitas" era bastante precario.
Por su parte el blog me permitía utilizar la computadora sin tener que conocerla demasiado. Fue una experiencia muy buena que también a los alumnos les interesó mucho. De ahí en más el uso de las tics en el aula es algo corriente, pero primero debí enfrentarme a ese temor de no saber que hacer. Superado ese primer paso las cosas fueron saliendo por si solas.
Por lo tanto y dicho todo esto, creo que la imagen que puse al principio expresa claramente mi opinión sobre ArTic, una experiencia muy buena que aunque está llegando a sus puntos culminantes, esto no debería ser un final sino un punto de partida para animarnos a cumplir nuevos y cada vez más desafíos. Quiero creer que a pesar de todo nuestros alumnos velen la pena...
Un agradecimiento a Jenny, mi facilitadora, que en los momentos en los cuáles más me costaba seguir con los desafíos me motivó a hacerlo. Gracias a Diego y también a todos los que comentaron mi blog.
Un abrazo para todos y nos vemos en la segunda instancia presencial!!!!
